¿Comes por capricho o para alimentarte?

Comer por capricho es más habitual de lo que parece. Puede que ni te hayas planteado esta pregunta hasta ahora, que ni seas consciente de ello.

comer por capricho

El primer paso para cualquier cambio voluntario es ser consciente. Así que si te tomas un momento para pensar en ello ya iremos por buen camino.

antojo

El siguiente paso: hacer una pausa cuando detectes que vas a comer por capricho.

La mayoría de las personas que comen emocionalmente se sienten impotentes ante sus antojos. Cuando la necesidad de comer por capricho aparece, no puedes pensar en otra cosa. Sientes una tensión casi insoportable que exige ser satisfecha, ¡ahora mismo!

Has tratado de resistirte en el pasado y cediste a la tentación así que crees que te falta fuerza de voluntad. Pero eso puede cambiar. Tú lo puedes cambiar.

comes emocionalmente

Espera 5 minutos antes de ceder a un capricho.

Como te contaba, el comer emocional tiende a ser automático y prácticamente sin sentido. Incluso antes de que te des cuenta de lo que estás haciendo, has conseguido un bote de helado y te has pulido la mitad. Pero si consigues tomarte un momento para hacer una pausa y reflexionar cuando te golpean las ganas de comer por capricho, te darás la oportunidad de tomar una decisión diferente.

Todo lo que tienes que hacer es esperar durante cinco minutos, o si cinco minutos parecen interminables, empieza con un minuto. No te digas a ti misma que no puedes ceder ante la tentación. Recuerda que lo prohibido es muy tentador. Sólo debes decirte a ti misma que es mejor esperar.

Mientras estás esperando, chequéate a ti misma. ¿Cómo te sientes? ¿Qué está pasando emocionalmente? Incluso si terminas comiéndotelo, tendrás una mejor comprensión de por qué lo hiciste. Esto puede ayudarte a establecer una conclusión para una respuesta diferente la próxima vez. Recuerda que cometer errores es una oportunidad para aprender.

Así es como trabajamos en las sesiones de coaching para adelgazar.

Aprende a aceptar tus emociones, aunque las consideres negativas.

Aunque pueda parecer que el problema central es que eres débil ante la comida, el hecho de comer emocionalmente en realidad proviene de una sensación de impotencia sobre tus emociones. No te sientes capaz de hacer frente a tus emociones de frente, por lo que las evitas con la comida.

comer por capricho

Permitirte sentir emociones incómodas puede resultar aterrador. Puedes temer abrir la caja de Pandora, y que una vez que abras la puerta no la podrás cerrar. Pero la verdad es que cuando no nos obsesionamos o reprimimos nuestras emociones, incluso los sentimientos más dolorosos y difíciles, desaparecen con relativa rapidez y pierden su poder de controlar nuestra atención. Para ello, tienes que llegar a ser consciente y aprender cómo mantenerte conectada con tu experiencia emocional. Esto puede permitirte frenar el estrés y la frustración que a menudo desencadenan el comer emocional.

Tu vida será más rica cuando te abras emocionalmente. Nuestras emociones son una ventana a nuestro mundo interior. Nos ayudan a entender y descubrir nuestros más profundos deseos y temores, nuestras frustraciones actuales, y aquello que nos hará felices.

Si quieres mejorar la relación con tu imagen corporal y con la comida, puedes contactar conmigo para el programa de 8 sesiones del Método Ancla diseñado para transformar tu relación con la comida.

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