¿Comer emocionalmente es un problema?

Comer emocionalmente,¿es realmente un problema?

Últimamente está en boca de todos algo que apenas se escuchaba hasta hace poco: comer emocionalmente .Emocional eating, como lo llaman los anglosajones.

Por todos lados se pueden encontrar consejos sobre cómo manejar nuestros problemas emocionales para comer.

Dando por hecho que comer emocionalmente es el problema.

Algo en lo que no estoy nada de acuerdo, como verás a continuación.

Algunas de nuestras clientes en la entrevista que hacemos antes, me cuentan que trabajan duro, se esfuerzan, sólo comen «cuando les toca», siguen la dieta a rajatabla, hacen todo lo posible para controlar su apetito… Y aún así siguen con la sensación de seguir fracasando.
Entonces, ¿por qué no podemos controlarnos?
¿Por qué no podemos poner en práctica la teoría que nos sabemos de sobra?
¿Somos realmente un desastre y no hay nada que podamos hacer?

Para esta última pregunta, la respuesta es un rotundo NO.

Muchas veces cuando no podemos resolver un problema, es un signo claro de que es el momento de reformular el problema.

De esta manera mejoramos nuestras posibilidades de aportar un poco de luz.

Aquí está otra forma de ver el problema llamado “comer emocionalmente”: No es realmente un problema.

Amamos, celebramos, reímos, lloramos, nos levantamos, nos caemos, nos volvemos a levantar, nos preocupamos, gritamos, nos ponemos de mal humor, y nos sorprendemos. Somos apasionados, incluso aquellos que parecen tranquilos y relajados.

Entonces, ¿cómo no podríamos ser «comedores emocionales»?

Nos encanta la comida. Nos encanta nuestro restaurante favorito. Nos encanta cómo la comida nos hace sentir de bien. A algunos de nosotros nos encanta cocinar para los demás . Y otros están interesados sobre cómo comer y qué comer.

Es hora de aceptarlo, si eres humano traerás emotividad a la mesa.

Una vez que aceptamos la realidad de que estamos diseñados para la expresión emocional, podemos relajarnos un poco más.

Debajo de la lucha por dejar de comer emocionalmente, está un deseo oculto e inconsciente para no sentir los sentimientos que no son deseados o nos resultan incómodos.

Nos esforzamos para alcanzar un objetivo imposible que nos deja frustradas.

Por supuesto que nos interesa trabajar nuestra alimentación emocional: prestarle atención y obtener su ayuda. Que es del modo que nosotras trabajamos en nuestras sesiones de coaching para adelgazar de Método Ancla.

Pero no es el problema real, es un síntoma que está apuntando a algo más profundo.

Es una invitación de nuestro cuerpo que nos está llamando a la acción y seguir la pista de nuestras emociones para ver dónde está queriendo llamar nuestra atención.

Te sugiero que pruebes a hacer ésto:
Acepta la parte de ti que le encanta la comida. Y le encanta usar la comida para relajarse, calmarse, sentirse querida, o para llenar la soledad. No podemos esperar luchar contra esta parte de nosotras mismas.

El problema real es el siguiente: nos estamos negando sentimientos o dejándolos a un lado con la esperanza de alejarlos.

Emociones no expresadas a menudo encuentran su camino a través de comer emocionalmente.

No somos perfectas. Comer nos enseña eso.

Por eso te propongo dejar de luchar y simplemente observarlo.

Recuerda que no tienes por qué hacerlo sola. Podemos acompañarte y guiarte con nuestras sesiones de coaching para adelgazar para que te resulte mucho más fácil.