Quejarte no te está ayudando.
Por quejarte no resuelves nada, al contrario.
Quejarte, y lo digo por propia experiencia personal además de profesional, es una actitud muy limitante.
Es tan fácil instalarse en la queja cuando las cosas no salen como yo quiero…
Mira el post en el que hablamos sobre SI QUIERES AVANZAR, DEJA LAS EXCUSAS ATRÁS.
Cuando nos instalamos en la queja, aburrimos a los que nos rodean y terminamos espantando a los de alrededor.
Haz la prueba:
Piensa en alguien a quien evites cuando te lo encuentras de casualidad…
Con casi toda seguridad esa persona a la que evitas sea una persona instalada en la queja.
Cuando no paras de quejarte en realidad dejas de buscar una solución para mejorar aquello que tanto te molesta. Porque en el fondo cuando nos quejamos estamos pensando que la solución a nuestros problemas les corresponden a los demás.
Y eso es muy mala noticia…
Donde está el problema está también la solución.
Así que una gran noticia es cuando el supuesto problema es responsabilidad nuestra. Porque también la solución lo será.
Depender de los demás para tu estado de ánimo, es regalar tu vida a circunstancias externas.
Recuerda el post sobre LA PERSONALIDAD REACTIVA Y SUS CONSECUENCIAS EN EL PESO.
Depender del tráfico, del calor o el frío, de tu jefe, de tu pareja o de tus hijos para tener un buen día es mal negocio.
Las personas que se quejan habitualmente suelen ser personas que no confían de si mismas.
Por eso colocan toda la responsabilidad de cómo se sienten fuera de ellas mismas.
Y quejarte no hace otra cosa que poner el foco en el lugar equivocado.
Si no te gusta algo, echa mano de tu superpoder: TU ATENCIÓN
Presta atención en donde pones tu atención.
En lo que te enfocas es lo que estás invitando a tu vida.
Y donde tú pongas la atención sí que está bajo tu control. No depende de nadie más que de ti.
Por lo general cuando te quejas de algo es porque te molesta. Y te molesta porque le estás prestando toda tu atención.
¿Y qué tiene que ver quejarte con el coaching para adelgazar?
Quejarte está muy relacionado con comer emocionalmente, como ya te habrás imaginado.
Probablemente ya hayas leído el libro Tus Zonas Erróneas de Wayne W. Dyer, un clásico de los denominados libros de autoayuda.
Si no lo has leído, te lo recomiendo.
Revisando de nuevo este libro, me llamó la atención su descripción sobre aquellas personas que no se quejan:
«Es gente que se siente cómoda haciendo cualquier cosa y que no pierde el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran de otra manera.
Si hace calor lo disfrutan en vez de quejarse. Si se encuentran en medio de una congestión de tráfico, o en una fiesta, o completamente solos, sencillamente actúan de la mejor manera posible. No se trata de disfrutar de todo lo que sucede, sino de una sabia aceptación de lo que es, de una rara habilidad para deleitarse con la realidad. Pregúntales lo que no les gusta y les costará darte una respuesta honesta.
No son gente enfermiza. No creen en la inmovilidad que producen los resfriados y los dolores de cabeza. Creen en su propia capacidad para deshacerse de esas enfermedades y no andan contándole a los demás lo mal que se sienten, lo cansados que están o qué enfermedades infectan su cuerpo en la actualidad. Tratan bien a sus cuerpos. Se quieren a sí mismos y en consecuencia comen bien, hacen regularmente ejercicio (como sistema de vida) y rehusan experimentar el tipo de malestares que inutilizan a mucha gente durante diversos períodos de tiempo. Les gusta vivir bien, y así lo hacen.»
También propone un ejercicio que quiero compartir contigo:
La próxima vez que te reúnas con amigas o con parejas, observa cuánto tiempo se ha malgastado en conversaciones en las que se quejaban de algo. De los demás, de política, del tiempo, de cosas que pasan… sobre cualquier cosa. Observa cómo te hace sentir escuchar a otra persona quejándose y qué te transmite.
Pero sobre todo pregúntate para qué sirvieron esas quejas. Qué es lo que han conseguido quejándose más allá del desahogo momentáneo que haya experimentado en ese momento la persona que se quejaba.
La queja es una actitud inútil.
Aunque tengas razón de lo que te quejas.
Tener razón no lo es todo.
Yo misma muchas veces me lo tengo que recordar. Y espero que tú también quieras hacerlo. Verás como te sientes mucho mejor.
- Si estás lista para iniciar tu viaje hacia una relación más satisfactoria con la comida, mira en qué consisten nuestras sesiones de coaching para adelgazar y si son adecuadas para ti.
Comparto contigo también un video sobre practicar la queja que me gusto mucho.
Si estás lista para iniciar tu viaje hacia una relación más satisfactoria con la comida, contacta con nosotras para comprobar si nuestras sesiones de coaching son lo que estabas buscando.
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