Quizás la pregunta nutricional más común de nuestro tiempo sea ésta: ¿Qué debo comer?
Qué puedo comer es una pregunta que repiten la mayoría de mis clientes cuando comienzan las sesiones de coaching a pesar de no tratarse de un coaching nutricional.
Después de todo, dada la enorme cantidad de información sobre nutrición que está disponible actualmente, y la cantidad de sistemas nutricionales y enfoques planteados por algunos expertos en nutrición, al final un montón de gente termina confundida.
Se trata de una confusión perfectamente comprensible.
Es fácil encontrar expertos de todas las variedades que a menudo están dando consejos muy conflictivos.
Por lo tanto no es de extrañar que las personas que adquieren gran cantidad de información sobre nutrición se sigan sintiendo como perdidas.
Así que permíteme aportar mi granito de arena para ayudar a responder a la pregunta ¿qué debo comer?
Si la respuesta a una pregunta importante no es inmediata y no se ha resuelto después de un buen período de investigación, entonces es el momento de cambiar la pregunta.
Una mejor pregunta producirá una respuesta útil.
Una mejor pregunta nos dará una puesta en acción.
Cuando nos seguimos preguntando ¿qué debo comer? se asume que debe tener una respuesta correcta al 100% segura y absoluta.
Esperamos que sea como una ecuación matemática.
La nutrición es un campo único de la investigación donde la ciencia, la psicología, la genética, la individualidad bioquímica, el estilo de vida, el medio ambiente y mucho más, interactúan para producir diferentes respuestas a la pregunta sobre qué se debe comer.
Por lo tanto propongo que hagamos una pregunta diferente.
Aquí están mis sugerencias para conseguir de una manera más poderosa obtener algunas respuestas reales y útiles:
¿Qué alimento pide mi cuerpo en este momento?
¿Qué podría nutrirme mejor en este momento?
¿Cuál podría satisfacer mi deseo de algo que me siente bien?
¿Puedes ver la diferencia en estas preguntas?
Cuando la mayoría de la gente se pregunta ¿Qué debo comer? La pregunta cae directamente a nuestro centro de procesamiento intelectual e informativo. Nuestra mente quiere saber la respuesta correcta. Pero terminamos en el estrés y la tensión, porque la realidad es que no es como preguntar: «¿Cuánto es 5 × 5?» No hay una respuesta correcta
Es hora de ponerse en contacto con tu sistema de GPS nutricional interno.
Es el momento de escuchar tu intuición nutricional.
Esto es algo que no está considerado científico por así decirlo, pero si has observado los animales en su hábitat natural, tienen una forma muy instintiva de comer. No ves los pájaros volando alrededor todos confundidos y molestos porque no saben qué comer. No verá ranas debatir entre sí sobre si deben o no de comer insectos…
Por supuesto los seres humanos somos diferentes. La mayoría de nosotros ya no buscamos alimentos en la naturaleza. Se nos enseña qué comer desde muy pequeños, estamos condicionados a comer ciertos alimentos y muchos de nosotros perdemos nuestro instinto natural para lo que verdaderamente nutre el cuerpo porque esos instintos nunca fueron realmente cultivados.
Se trata de recuperar tus instintos innatos nutricionales naturales. Y la única manera de hacerlo es practicar. De hecho, al inicio de mis sesiones de coaching, la mayoría de los ejercicios están dirigidos a «escuchar» nuestro cuerpo, a sentirlo y volver a sintonizar con el.
Compruébalo y experiméntalo. A ver si los alimentos que intuitivamente sintonizas realmente sientan bien a tu cuerpo. Si lo hacen, ¡misión cumplida! Si no lo hacen, entonces considera esto como un proceso de ensayo y error donde simplemente aprendes mejor a sintonizar con la sabiduría de tu biología.
Admito que puede resultar confuso para muchas personas, debido a que muchos de nosotros sólo queremos respuestas concretas y rápidas. Bueno, si eso es lo que quieres, hay un montón de gente que estará absolutamente dispuesta a decirte exactamente qué comer. Y entonces lo más probable es que retornes al punto de partida, porque eventualmente alguien más va a decir algo diferente, o acabarás por perder el interés en una forma de comer que no está realmente funcionando para ti.
Reclama tu intuición nutricional.
Cree en ti misma.
¿Cómo utilizas tu intuición para ayudar a determinar qué es lo mejor que puedes comer?
Si estás interesada en trabajar en tu propia relación con tu imagen corporal y con la comida, puedes ponerte en contacto conmigo para el programa de 8 sesiones del Método Ancla diseñado para transformar tu relación con la comida.
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