Comer como un animal

Te propongo que intentes comer como un animal.

Dicho así, la idea de comer como un animal seguramente no te parezca muy apetecible…
Eso es porque  la frase «comer como un animal» se suele asociar a comer a lo bestia.
A comer sin control y un montón.

Pero lo que yo te quiero proponer es algo bien distinto, ya lo verás.

Tiene que ver con la alimentación intuitiva.

¿Cómo son tus hábitos de alimentación comparados con los de los animales salvajes, que se guían únicamente de sus instintos para escoger lo que deben comer y cuándo?

Pongamos un ejemplo. Cuando un pájaro va volando por el cielo,¿cómo decide lo que tiene que comer y cuándo?

La respuesta es muy simple:no lo decide en absoluto, por lo menos no lo decide por adelantado.
Lo que hace el pájaro es simplemente darse cuenta de que tiene hambre. Sencillamente se alimenta.
Entonces busca su alimento, come lo que quiere en ese momento y luego sigue haciendo su tarea habitual, que puede ser por ejemplo volar hasta llegar a una zona más cálida en invierno.

• ¿Engordan alguna vez excesivamente los pájaros?
• ¿Tiene que decirle su madre al polluelo: «Ay querido, ¡qué flaco estás! estoy tan preocupada…»?
• ¿Tienen alguna vez los pájaros deficiencias vitamínicas porque se olviden de tomar su complemento vitamínico?

El pájaro mantiene su peso adecuado durante su vida sin necesidad de seguir una dieta cara, atenerse a un programa de ejercicios o a otras prácticas similares que prometen un cuerpo mejor.

Le basta seguir sus instintos animales básicos respecto a lo que debe comer y cuándo, por dónde debe volar y la rapidez con que hacerlo.

Fíjate, no hay animales obesos en la naturaleza.
Los únicos casos de sobrepeso en los animales son aquellos alimentados por el hombre.
Como ocurre con los animales domésticos donde confundimos el cariño con la comida, o cuando son cebados para nuestros propios intereses.
Los animales en la naturaleza únicamente comen en exceso antes de aproximarse un largo periodo de ayuno, como es el caso de la hibernación, para su propia subsistencia.
Nuestro organismo sabe tan bien como pueda saberlo el organismo de cualquier animal las cosas concretas que ha de comer para mantener su peso correcto y para mantener un buen equilibrio nutritivo.

A nuestro organismo no le gusta en absoluto que le sobrealimenten, y lo manifiesta claramente.
Tu cuerpo reaccionará acumulando gases molestos, con una indigestión, con retortijones o reflujos, con ahogos cuando subas las escaleras, con dolores en las rodillas, o acumulando grasa y engordando.

Tu cuerpo te pide que comas sólo lo que necesita para estar bien alimentado y tener un peso normal.

Es posible que te estés pasando con el azúcar a pesar de que tu cuerpo proteste con caries en los dientes, o te estés pasando con las grasas y te lo diga claramente con granos en la piel.
También es posible que hayas privado a tu organismo de los minerales, vitaminas, proteínas y otros nutrientes comiendo con menos sabiduría que lo hace un animal normal.
Yo no creo que necesites seguir ningún programa dietético especial para corregir tus deficiencias alimentarias.
Creo que si te limitas a establecer contacto de nuevo con tus instintos alimentarios, si escuchas a tu cuerpo, tu organismo te indicará la dieta perfecta que necesitas.

Puede ser que te encuentres en este momento tan alejada de tus instintos alimentarios básicos que necesites los servicios de un especialista para que te diga cuántas zanahorias, espinacas, legumbres, o cuántos  gramos de carne o de pasta tienes que comer cada semana…

Pero en lo que se refiere a tus hábitos alimentarios nosotras podemos ayudarte a volver a conectar con tu cuerpo, escucharlo y entenderlo, con las sesiones de coaching para adelgazar.

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