¿Aún sigues pensando que te falta fuerza de voluntad para adelgazar?
La culpable es mi falta de fuerza de voluntad. Es la conclusión que suelo escuchar cuando alguien no consigue seguir una dieta.
Por eso tenía tantas ganas de escribir sobre la fuerza de voluntad.
Algo que tanto preocupa a las personas que se ponen en contacto con nosotros para recibir información sobre el Método Ancla.
Suelen quedarse muy sorprendidas cuando les contesto que no necesitan tener esa fuerza de voluntad que tanto desean.
Y lo pienso firmemente. Cada vez más.
No sólo por mi experiencia profesional en nuestras sesiones de coaching para adelgazar con personas de todas las partes del mundo. Sobre todo estoy cada vez más convencida por mi propia experiencia personal.
Recordemos que la definición de fuerza de voluntad es la capacidad de resistir a las tentaciones a corto plazo para cumplir con metas a largo plazo.
Reconozco que yo he sido educada en un entorno familiar con la creencia donde todo era cuestión de fuerza de voluntad.
Y que si no podías era porque no querías, porque no te esforzabas lo suficiente.
En la fuerza de voluntad estaba el secreto del éxito o del fracaso.
Con esa creencia anduve por la vida hasta hace bastante poco, cuando precisamente me han empezado a ir mucho mejor las cosas.
Desde que dejé de esforzarme tanto y tirar de mi fuerza de voluntad, es cuando todo a mi alrededor ha empezado a fluir sin tanto esfuerzo.
¿Qué ha cambiado?
Mi enfoque.
Mi forma de ver y hacer las cosas.
Y este mismo enfoque es desde el que trabajamos con nuestros clientes de coaching para adelgazar.
Párate un momento y piensa en algo de tu vida que hayas conseguido y de lo que te sientas especialmente orgullosa.
No soy adivina ni tengo superpoderes pero seguro que acierto cuando te digo que no te apoyaste en la fuerza de voluntad para lograrlo.
Claro que hubo sacrificios, por supuesto. Yo no hablo que el camino haya sido fácil ni seguramente haya sido rápido.
Me refiero a que no fue un elemento primordial tu fuerza de voluntad.
No tiraste de fuerza de voluntad para lograrlo.
Lo hiciste, aunque en ocasiones te resultase duro, porque te compensaba.
Porque te merecía la pena.
Las cosas que haces y consigues en tu vida las haces aunque no te apetezcan porque lo que ganas te compensa.
Siempre pongo el mismo ejemplo que explica muy bien lo que te quiero decir.
Cuando suena el despertador por las mañanas para ir a trabajar ¿te apetece levantarte de la cama o te quedarías tan a gusto en tu camita calentita?
¿A que lo que te apetece es seguir en la cama?
Y sin embargo apuesto a que aún así te levantas todas las mañanas aunque te cueste un montón.
¿Cómo lo haces?
¿Crees que es porque tienes tantísima fuerza de voluntad que te empuja a hacer lo correcto todas y cada una de las mañanas?
Si crees que sí, enhorabuena tienes una fuerza de voluntad a prueba de bombas así que puedes con todo. Con perder peso y con lo que se te ponga por delante…
Si es que no, que es lo más probable, enhorabuena eres como la mayoría de nosotros. No tenemos una fuerza de voluntad bestial ni falta que nos hace para hacer lo correcto todas las mañanas.
Lo que de verdad nos empuja a hacer aquello que nos conviene aunque nos cueste, es que nos compensa.
Lo que ganamos es más fuerte que las ganas de quedarnos en la cama.
Llámese en este caso sueldo, reconocimiento profesional, responsabilidad, librarte de la vergüenza porque te echen la bronca, o evitar perder tu empleo…
Lo hacemos porque nos merece la pena más levantarnos que quedarnos. Punto.
Y así con casi todo en la vida.
No es la fuerza de voluntad lo que te impulsa, es que haya algo realmente grande que haga que merezca la pena.
La fuerza de voluntad está muy bien para empezar algo, pero no para mantenerlo a largo plazo.
Sería agotador.
Por eso la mayoría de la gente que durante todo el día está controlando lo que come tirando de fuerza de voluntad, al final del día se le agotan las fuerzas y devora todo lo que no se ha comido durante el día y más…
Una de las estrategias efectivas que nosotros utilizamos en las sesiones de coaching para adelgazar de Método Ancla es ayudarte a encontrar ese gran motivo que haga que te merezca la pena.
Porque recuerda que cuando algo te merece la pena, te proporciona el empuje suficiente para hacer aquello que quieres hacer. Sin tener que recurrir a la fuerza de voluntad.
Si no has conseguido perder peso hasta ahora seguramente es porque no te compensa tanto renunciar a algunas de las cosas que te proporciona comer de la forma que haces ahora.
Nosotras te ayudamos a conectar con aquello que sientas que merece la pena.
Con que te compense de una vez por todas adoptar un estilo de vida que te conduzca a sentirte como de verdad te quieres sentir.
A mentalizarte y tomar una decisión.
Que cuidarte sea como despertarte por las mañanas cuando suena el despertador. Puede que no te apetezca pero lo haces porque lo que ganas es más fuerte que la tentación de seguir en la cama. No porque tengas una gran fuerza de voluntad.
Te recomiendo que escuches el podcast sobre fuerza de voluntad de Psicología con Alfonso si te interesa el tema.
Si estás lista para iniciar tu viaje hacia una relación más satisfactoria con la comida, contacta con nosotras para comprobar si nuestras sesiones de coaching son lo que estabas buscando.
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