¿Cómo combinar vacaciones y una alimentación saludable

La manera en la que comes en vacaciones, podría darte una buena pista sobre tu mentalidad respecto a la alimentación.

Irse de vacaciones es algo que muchas personas enfrentan con preocupación respecto a su peso.
Lo ven como si fuera inevitable ganar peso y las vacaciones como una razón para poner en  pausa los planes de cuidarse.

“Mejor esperamos para empezar con las sesiones  cuando vuelva de vacaciones”.
“Seguramente voy a subir unos cuantos kilos cuando haya vuelto, así que ya me cuidaré luego”.

Es algo que todavía me sorprende escuchar de algunas de las personas que contactan para recibir información sobre las sesiones de coaching para adelgazar.

Muchas personas prefieren esperar a después de las vacaciones para empezar a cuidarse porque «no quieren controlarse durante las vacaciones».

¿Controlarse?
Nada más lejos del enfoque que le damos desde Método Ancla.
Pero es cierto que las vacaciones son las vacaciones.
Es una oportunidad para escapar de las exigencias de la vida cotidiana, para descansar y disfrutar de la libertad frente a la rutina.
Y la forma de enfocar tu alimentación durante las vacaciones dice mucho acerca de cómo piensas en ello.

¿Necesitas unas vacaciones de tus esfuerzos por perder peso?

¿Crees que las vacaciones son tu oportunidad para disfrutar y comer libremente sin sentir culpa o remordimientos?

¿Las vacaciones te dan permiso mentalmente para comer lo que te de la gana?

Si es así, vale la pena considerar cuáles son tus expectativas respecto a tu alimentación para el resto de tu vida.

«Cómo comes en vacaciones es una buena pista sobre tu mentalidad respecto a la alimentación.»

Sentir libertad al comer con abandono puede ser una señal de que te estás sintiendo restringida en tu relación con la comida.
Hay una gran diferencia entre lograr liberarte de las ataduras de hacer dieta o luchar para conseguir un control perfecto (que nunca sucede, por cierto).
Hacer dieta puede establecer lo que yo llamo la privación del pensamiento: pensar de modo que el éxito con la comida sólo se consigue si te mantienes fuerte, privada y ganando la batalla contra ella.

Un enfoque en la privación se centra en lo que no debes comer.

Es un modo de pensar que “o estás a dieta o estás de vacaciones”.
Creo en la libertad de elegir lo que como en vez de vivir con la sensación de privación.
Decido libremente lo que como y cuánto como, en lugar de comer de forma mecánica o ansiosa.
Cuando «haces las paces» con la comida y con tu cuerpo, ya no te sientes atraída por comer en exceso durante las vacaciones.

Claro que podemos disfrutar de la comida durante las vacaciones, pero que tu relación con la comida no se convierta en algo de lo que estés deseando tomarte unas vacaciones.

Tu relación con la comida ya es libre y tú eliges lo que más te conviene.
Pero una mentalidad de privación te prepara para volver a la rueda de hámster.

Una de las preguntas que siempre les hago a mis clientes cuando se están preparando para las vacaciones es:

¿Cómo te quieres sentir en el viaje de vuelta de tus vacaciones?

Por supuesto no hay una respuesta correcta, pero lo que normalmente escucho son  cosas como relajada, tranquila, satisfecha, ligera, llena de energía, feliz y descansada.
Casi siempre aspiramos a conseguir recargar pilas durante las vacaciones para afrontar nuestra vida rutinaria.
Una mentalidad de restricción y un enfoque de todo o nada con la comida no te preparan para volver con una buena sensación después de tus vacaciones.
Solo conseguirás volver sintiéndote hinchada, cansada y además con una sensación de “tener que empezar de nuevo” ahora que las vacaciones han terminado.
El secreto de hacer las paces con la comida es COMER NORMAL.

Dejar de pensar en modo restrictivo y estar más en paz con la comida durante las vacaciones no tiene por qué ser tan complicado como piensas.

Para ayudarte he preparado unas pautas para no engordar durante las vacaciones.

El método más sencillo comienza con la toma de algunas decisiones por adelantado que ya explicamos en CÓMO EVITAR COMER EN EXCESO DURANTE LAS VACACIONES.
Esto te coloca en el asiento del conductor en lugar de hacerte sentir como si estuvieras a merced de todos los eventos inesperados que surgen cuando estás fuera de tus rutinas diarias.
Por cierto, no estoy hablando de tomar decisiones acerca de calorías o carbohidratos. Volvamos a la pregunta que he hecho antes.

¿Cómo quieres sentirte al final de tus vacaciones?

Ahora, pregúntate:

¿Qué tengo que hacer para conseguirlo?

No sé cómo has respondido a esta pregunta, pero sé que para  mis clientes este punto de vista puede cambiar las cosas.
Tal vez quieras comer de una manera que consiga sentirte ligera y con energía.
Quizás puedas aprovechar tu tiempo libre para dar largos paseos y desconectar.
Es posible que haya alguna comida especial o un restaurante que te haga ilusión, pero no quieres volver a casa con una sensación de hinchazón y pesadez por comer un montón de tonterías…

#1. ¿Qué tipo de comida puede ayudarte a sentirte como te quieres sentir?
#2. ¿Se te ocurre alguna idea que quieras establecer por adelantado (como no comer comida basura o aprovechar para tener mayor actividad física)?
#3. ¿Qué te ayudaría a mantener tu plan durante tus tus vacaciones?
#4. ¿Tienes algún hábito que te haga sentir descansada, satisfecha o en calma que te gustaría mantener durante tus vacaciones?

Comer es una cosa cotidiana. La vida es demasiado corta como para sentir que tenemos que tomar unas vacaciones de la forma en que comemos.
Puedes cambiar esa mentalidad y no tienes que esperar hasta que vuelvas de vacaciones para empezar.

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