Decir que no es suficiente para evitar que sigas comiendo tanto.
¿De verdad decir que no puede ayudarte a adelgazar?
Ya sabes que existe una relación entre el estrés y la comida, ya habrás escuchado sobre comer emocional.
Pero hay un tipo de comer en exceso al que muchas personas recurren, con el que podrías no estar tan familiarizada.
Se trata de comer en exceso por no decir que no.
Si no sabes decir que no, puedes estar ganando peso.
Ojo, que no estoy hablando de decir que no a repetir otra ración o a tomar postre o a determinado alimento.
Me refiero a los otros lugares en tu vida donde puede ser que estés asintiendo con la cabeza mientras en realidad quieres decir que no.
No imaginas cuantas veces escuchamos esto mismo en nuestras sesiones de coaching para adelgazar.
La cantidad de veces que nos cuentan que les cuesta poner límites o decir que no, y luego lo pagan arrasando con la nevera cuando llegan a casa.
Te pongo algunos ejemplos de Comer Demasiado por no decir que no:
#1. Comer en exceso debido a que tus planes fueron reemplazados por los de otra persona, incluyendo muchas veces a tus propios hijos.
#2. Comer por estar agotada, porque no dijiste que no y ahora te han dado las tantas.
#3. Comer cuando estás haciendo algo que te genera malestar pero no sabías cómo decirle que no a quien te lo pidió.
#4. Comer porque estás frustrada por la cantidad de cosas «que se esperan de ti.»
#5. Comer porque, francamente te mereces una premio. Porque no has dejado espacio en tu vida para recompensarte a ti misma de otra forma que no sea con la comida.
Y aquí uno de los que más escucho habitualmente:
#6. La comida es una manera fácil de crear algunas barreras de protección entre ti y el resto del mundo. La puedes estar utilizando para posponer las cosas o para evitar algo que no quieres hacer o que no te apetece abordar. La comida se convierte en una distracción o una especie de barrera temporal entre tú y el resto del mundo.
Hay un montón de razones y excusas para evitar decir que no.
A veces no decimos que no porque realmente no queremos, eso está claro.
Pero otras veces es el miedo de perderse algo.
Aunque la mayor parte del tiempo se trata más bien de vergüenza, culpa o miedo de decepcionar a otras personas.
Pero si no dices que no en estas ocasiones, probablemente esté costándote caro.
No decir que no te impide tener el espacio y la energía para decir algunos síes importantes.
No decir que no es agotador.
Y es un caldo de cultivo para el resentimiento y la frustración.
Con lo cual se multiplicarán las probabilidades de comer en exceso .
¿Sabes qué? La mayoría de las veces no pasa absolutamente nada cuando decimos que no. De hecho, la mayoría de las veces el resto del mundo apenas lo nota.
Te propongo un reto para entrenar a decir que no y mejorar tu asertividad:
- ¿Dónde podrías estar diciendo más que no?
- ¿Dónde te pide tu intuición que digas que no?
- ¿Dónde tienes más miedo de decir que no ? Y es ese el lugar en el que más necesitas decirlo.
- ¿Qué cambiaría si empiezas a decir no tan libremente como dices que sí?
Mira también el post NADIE ME ENTIENDE donde te dejo las claves para mejorar la comunicación y que no te cueste tanto decir que no.
Si estás lista para iniciar tu viaje hacia una relación más satisfactoria con la comida, contacta con nosotras para comprobar si nuestras sesiones de coaching son lo que estabas buscando.
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