Las excusas son la trampa que no te están dejando avanzar
Cada vez que te crees tus propias excusas, te estás haciendo la zancadilla a ti misma.
A continuación te voy a explicar las consecuencias de ponerte excusas, las más frecuentes que nos hacemos a nosotros mismos, y además voy a compartir recursos contigo para que seas más fuerte que tus excusas.
Yo misma durante años estuve atrapada en la misma trampa, dejando mi vida en «modo pause» hasta que llegase el momento perfecto que nunca terminaba de llegar…
Por lo tanto escondiéndome detrás de todos los inconvenientes que me venían en cascada a la cabeza: «es que esto, es que lo otro…»
Sin embargo ahora soy yo la que ayudo a nuestros clientes con las sesiones de coaching para adelgazar a dejar atrás las excusas y coger las riendas de su propia vida.
Sin duda poner excusas es un incansable hábito que define a muchas personas.
Es decir, que si me dieran un euro cada vez que escucho un «es que…» pronto sería millonaria.
Son tantas las excusas disfrazadas de «es que…» para engañarnos a nosotros mismos, hasta convencernos de que somos distintos de lo que en realidad hacemos.
A ver si te resultan familiares algunas de estas excusas:
- «Es que no puedo hacerlo» ⮕ Ya sé que debo hacer aquello, pero en realidad tengo miedo de hacerlo mal, o que no me guste hacerlo. Entonces me digo a mí misma que lo haré en el futuro, y así no tengo que admitirme que no lo voy a hacer. Así me es más fácil aceptarme de esta manera.
- «Es que estoy muy cansada».⮕ Usar el cansancio o el sueño como excusa para no hacer algo es otro clásico. ¿Te has dado cuenta de cómo te cansas cuando estás a punto de hacer algo incómodo o difícil? El cansancio es una estupenda justificación para no hacer aquello que en realidad no te apetece hacer.
- «Es que ahora no tengo tiempo para hacerlo» ⮕ Te justificas para no hacer algo porque estás muy ocupada, aunque seguro que encuentras tiempo para hacer las cosas que realmente te apetece hacer.
- «Es que no me puedo gastar ese dinero» ⮕ Te entiendo, pero el dinero es siempre una cuestión de prioridades. Cuando a algo le has dado la importancia debida, has sacado dinero de debajo las piedras aún cuando decías no poder permitírtelo.
- «Es que me falta motivación» ⮕ En realidad lo que te faltan son ganas, y no hace falta tener ganas todo el rato. Eso es tener unas expectativas que dificilmente se van a cumplir y por eso se terminan convirtiendo en excusas. Piensa en todas las cosas que haces aunque no tengas ganas pero sin embargo las haces porque te conviene o te interesa hacerlas.
No te engañes, no eres lo que dices. Eres lo que haces.
Si continúas con excusas ante cualquier situación, sólo vas a conseguir continuar exactamente como estás.Y no vas a avanzar.
De esta forma eliminarás la posibilidad de cambio (y todos los riesgos que lo acompañan).
De esta manera nunca tendrás que enfrentarte a la desconfianza que tienes sobre si lo ibas a lograr.
Mientras esperas que las cosas mejoren, puedes culpar al mundo entero de ello.
Las cosas no se presentarán nunca como esperas, siempre encontrarás alguna excusa que te venga bien.
Algún inconveniente al que agarrarte.
Antes de seguir poniendo excusas, recuerda que empezar a hacer algo cuesta mucho más esfuerzo que seguir haciéndolo una vez que ya lo hemos empezado.
No te olvides que nuestro miedo se refleja en todo tipo de excusas y justificaciones.
Por ejemplo el miedo a fallar, miedo a no dar la talla, miedo a decepcionar, miedo a volver a frustrarme si no lo consigo…
Nos ponemos excusas porque es más fácil que afrontar, como mecanismo de defensa.
Te propongo la siguiente pregunta cuando notes que te estás poniendo excusas:
¿Qué es lo peor que me podría pasar si hiciera lo que estoy escondiendo detrás de este pretexto?
Finalmente comparto contigo la fórmula que utilizamos en nuestras sesiones de coaching, cuando nuestros clientes se preguntan cómo dejar de poner excusas y lograr su objetivo:
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